La realidad nos muestra diariamente que la violencia contra las mujeres está muy lejos de erradicarse. Es impostergable ampliar y profundizar las políticas públicas para promover la concientización y sensibilización de esta temática tan compleja. Para lograr de verdad una transformación profunda debemos apelar a la educación. Y hacerlo dentro del ámbito educativo institucional mediante programas elaborados con seriedad, responsabilidad y creatividad, y que integren el plano teórico con el práctico para obtener cambios efectivos, valiosos y sostenidos en el tiempo.
El objetivo es que los talleres permitan abordar, explicar e identificar los casos de violencia verbal, física, psíquica, emocional, económica y sexual contra las mujeres en los diferentes lugares que forman parte de la cotidianidad de los adolescentes. Además, el carácter vivencial de estas jornadas permitirán que las experiencias pedagógicas concretadas en el aula se multipliquen y alcancen a las familias y al entorno de los jóvenes.
La inclusión de la temática en los contenidos curriculares favorecerá la construcción temprana de una ciudadanía consciente de los derechos fundamentales, al tiempo que promoverá relaciones sociales y afectivas que favorezcan la igualdad, y permitirá destacar la importancia del cuidado integral de ellos mismos en la afirmación de su personalidad y dignidad.
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